Siempre se suele escuchar hablar de la humildad como de una cualidad "de poco" ,o de quien "se conforma con poco" , Se suele decir: "es un barrio humilde" para describir que es un lugar con escasos recursos o se suele decir : "es una persona humilde " para expresar que se conforma con poco, con lo esencial , por ejemplo.
El término humildad (deriva del latín hŭmĭlĭtas, ātis, f. humilis,) Hace referencia a la tierra —humus— a su proximidad tanto en un sentido físico como metafórico.
El término también se aplica a la persona que tiene la capacidad de restarle importancia a los propios logros y virtudes.
La humildad como señal de una autoestima sana:
En la intersección que pude encontrar estudiando tanto la filosofía contemplativa del budismo y la terapia sistémica, la humildad, en cambio, se presenta como la manifestación de una autoestima equilibrada.
Humildad es la expresión natural de quien ha comprendido y asumido la naturaleza impermanente de todo. Entonces, se conecta con la vida en plena aceptación de lo que esta siendo. Quien ha alcanzado tal grado de realización, se libera del apego a su ego , sus necesidades e identificaciones.
La humildad también surge de la consciencia de ser en red y del darse cuenta que cada movimiento en esta red influye en el todo. Nuestras acciones influyen en los demás y viceversa. Ser plenamente conscientes de ello nos transforma y transforma desde que lugar elegimos estar en la vida.
Desde una perspectiva tanto budista como sistémica podríamos decir que el grado de humildad de una persona, esta en proporción con su grado de realización . Es precisamente una persona con una autoestima totalmente sana quien se manifiesta en humildad, ya que la misma puede apreciar verdaderamente su valía sin necesidad de aferrarse a su ego , porque comprende que su bienestar está intrínsecamente ligado al de los demás y al entorno. De este modo,la autoaceptación y el buen amor hacia uno mismo se integran con la capacidad de relacionarse de manera saludable y armoniosa en los sistemas sociales y familiares, reflejando a su vez una conexión profunda con la inmensa red interdependiente de la existencia.
La persona verdaderamente humilde no necesita parecer, sabe que es.
No necesita destacar porque sabe que su valor no depende de la opinión de los demás . Simplemente vive su vida de manera auténtica, sin buscar reconocimiento, ni validación externa. La verdadera humildad radica en la aceptación de uno mismo y en la capacidad de reconocer las virtudes y limitaciones sin jactarse ni menospreciarse. Es una cualidad admirable que se basa en la modestia, y el respeto hacia uno mismo y hacia los demás.
𝓜𝓪𝓻𝓲𝓼𝓮𝓵𝓪 𝓕𝓸𝓻𝓽𝓾𝓷𝔂 💎
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