ENCONTRAR TU TRIBU
- Marisela Fortuny
- 20 jul
- 3 Min. de lectura

Encontrar la propia tribu es algo que lleva muchos intentos, por así decirlo.
Quienes hemos vivido bullying en la adolescencia, en aquellos momentos hemos sentido muchas veces que éramos el "patito feo de la humanidad" y que nuestra tribu no existía.
Esa sensación de no encajar, de ser “demasiado esto” o “muy poco aquello” para los demás, puede sembrar una creencia dolorosa: no soy suficiente tal como soy. Y con el tiempo, esa creencia puede transformarse en aislamiento, en miedo a mostrarse auténticamente, o en una búsqueda desesperada por pertenecer, incluso si eso implica cambiar partes esenciales de uno mismo.
Pero aquí va una verdad que yo, que soy una "ex patito feo" , aprendí en mi propio transitar que muchas veces olvidamos y que te quiero spoilear un poco: tu tribu sí existe. Solo que no siempre está donde esperabas, ni se encuentra en los primeros intentos.
¿Qué es una tribu?
Una tribu no es un grupo perfecto, ni un conjunto de personas que siempre están de acuerdo con vos en todo. Tu tribu es ese grupo de personas que te aceptan como sos, que celebran eso que creiste o sentiste como "tus rarezas", que te escuchan con respeto, y que no intentan moldearte para encajar en su molde.
A mís 18/20 pensaba que no iba a encontrar mi tribu, que no existía. ¿Porque nos surgen estos pensamientos?
Porque cuando viviste exclusión, críticas , burlas, especialmente en etapas formativas como la niñez o adolescencia, tu sistema emocional se vuelve hipervigilante. Aprendes a anticipar el rechazo incluso cuando no está ocurriendo.
Además, vivimos en una cultura que promueve la comparación constante. Las redes sociales, por ejemplo, nos muestran vidas editadas y conexiones idealizadas, y eso puede profundizar la sensación de estar “fuera del círculo”.
Claves que aprendí en mí proceso para comenzar a romper la soledad y la invalidación:
• No sos débil por sentirte sola o solo. Has vivido experiencias que dejaron huella y reconocer tu dolor es el primer paso para transformarlo.
• Tu valor no depende de la aprobación de otros.
• Está bien que te sientas así. Tus emociones son válidas.
• Conocete. Valórate e identifica entornos donde puedas ser vos misma/o sin miedo al juicio.
• La conexión auténtica sucede cuando nos atrevemos a compartir las partes reales de nosotros.
• En lugar de buscar pertenencia, podemos empezar a ofrecerla. Quiero decir que cuando vos validas a otra persona, creas un puente. A veces, al dar lo que nos falta, empezamos a encontrarlo.
¿Y cómo es para las madres ser testigos de sus hijos en estos procesos?
Como madres, puede doler profundamente ver a nuestros hijos o hijas sentirse solos y es fácil querer “arreglar” la situación rápidamente. Pero lo más sano es acompañar sin juicio, escuchar sin interrumpir, y validar sin minimizar.
Puede que hoy sientas que tu tribu no existe. Pero quizás aún no has llegado a los lugares donde se encuentra. O quizás, están buscándote al mismo tiempo que los estás buscando.
No tenes que volverte otra persona para ser querido/a. No tenes que endurecerte ni esconderte. Tu sensibilidad, tu autenticidad, tus dudas y tus sueños son parte de lo que te hace único/a.
Tu tribu sí existe. Solo que, como vos, también está buscando una señal de que no está sola.
Marisela Fortuny 💎
Facilitadora Sistémica y NeuroContemplativa
Comments