"Mucho de lo espiritual es el anhelo por la madre." - Bert Hellinger
La primera vez que leí esa frase me impactó y dejó perpleja. Como si se hubiera desvelado un misterio ante mis ojos. Confieso que también me sentí inquieta. En aquel entonces era muy joven, pero con el tiempo no solo llegué a comprenderla, sino que la adopté como una de mis frases de cabecera. Recordé a una versión muy pequeña de mí misma, aquella que disfrutaba conversar con "abuelas adoptivas" y expresaba su mundo interno de niña. Hoy asocio esas ideas con la sabiduría innata que veo en los niños y he observado tantas veces.
Prefiero hablar de trascendencia en lugar de espiritualidad:
La frase de Bert Hellinger sugiere que en el ámbito espiritual, a menudo se busca satisfacer una profunda necesidad de conexión emocional y cuidado asociada comúnmente con la figura materna. Hellinger plantea que la relación con la madre, especialmente en los primeros años de vida, influye significativamente en la percepción y búsqueda de lo espiritual en la vida de una persona. Esta frase refleja la importancia de reconocer y explorar las influencias maternas en nuestra búsqueda de lo espiritual.
Además, creo que esta relación tiene una fuerte influencia en nuestra forma de vivir la espiritualidad. Según hayamos integrado saludablemente la relación con nuestra madre, así se refleja en nuestra conexión con lo trascendente.
No hay trascendencia sin consciencia:
Carl Jung dijo: "Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad." Muchas veces, la espiritualidad se convierte en una vía de escape de aquello que nos resulta difícil enfrentar. Una espiritualidad alejada de lo humano siempre me ha generado dudas.
Creo firmemente en lo postulado por los humanistas: el ser humano es la semilla de una esencia pura y bondadosa, esa es nuestra naturaleza original. En Premalkimia, suelo decir que comenzamos el camino buscando desesperadamente la felicidad, el amor y la paz como metas externas, cuando en realidad son aspectos intrínsecos de nuestro ser. Están presentes en nuestra esencia sin límites, esperando ser redescubiertos.
El primer y fundamental paso es la consciencia.Debemos dejar de buscar excusas y culpas, y tener el coraje de enfrentar nuestras sombras. En Premalkimia, este proceso de expresión de la verdad se desarrolla en un ambiente seguro y de apoyo comunitario, donde aprendemos a no dañarnos ni lastimar a otros.
La consciencia crea bienestar:
Al reconocernos y apreciar lo que somos, iniciamos la creación de bienestar en nuestras vidas. Al aceptar nuestras luces y sombras, nos abrimos al amor bondadoso hacia nosotros mismos. Esta relación amorosa hacia nuestro ser comienza a expresarse en todos los aspectos de nuestra vida: cuerpo, mente, emociones, etc.
Sin bienestar, no hay trascendencia:
Prefiero hablar de trascendencia en lugar de espiritualidad, ya que bajo esta etiqueta se esconden muchas distorsiones e ilusiones. Se trata de conocer en detalle al ser que somos, aceptar sus heridas y angustias, para abrazarnos en amor, descorrer los velos y descubrir nuestra verdadera grandeza infinita. Todo esto conduce a la expresión auténtica de nuestra esencia, sin disfraces ni falsedades, solo como seres humanos conscientes en el juego de la vida.
Quien siente el llamado a un camino de trascendencia, deberá saber que hay 3 tramos ,cada uno con tiempos absolutamente personales: consciencia, bienestar y trascendencia y que el mismo no es más que el viaje de un humano a otro: del humano condicionado e inconsciente, al humano despierto al servicio de un amor mayor.
Marisela Fortuny 💎
Consultora Sistémica y Neurocontemplativa
Creadora del Sistema Premalkimia
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