En la era de la gratificación inmediata,de la post verdad , el consumismo , el exito regido por la cantidad de seguidores , y la foto con más likes, la espiritualidad, un camino que tradicionalmente requiere paciencia, introspección y compromiso, parece haberse convertido en un producto más en la góndola como una receta de felicidad instantánea.
Se nos vende como una solución rápida, una especie de "Llame Ya" para la liberación de nuestras limitaciones, prometiendo resultados inmediatos , asociados a un cierto exitismo muchas veces , o a tener mucho dinero, y todo eso sin dificultad y desde ya, sin la necesidad de enfrentarnos a nuestras zonas oscuras.
Pero, ¿Podemos alcanzar un estado de consciencia plena , expansión de consciencia y armonía interior sin antes haber explorado y comprendido nuestras sombras?
La respuesta es no. La espiritualidad es trascendencia, trascender al ser humano que estamos condicionados a ser, no es un producto , tampoco es un estado que se pueda alcanzar de la noche a la mañana. Es un proceso, un camino, un viaje personal que requiere valentía, honestidad y sobre todo compromiso. Requiere que nos enfrentemos a nuestras zonas oscuras, que reconozcamos nuestras limitaciones y que trabajemos activamente para superarlas.
Las zonas oscuras, nuestras sombras, son aquellas partes de nosotros mismos que preferimos ignorar o rechazar. Son nuestros miedos, nuestras inseguridades, nuestras heridas, nuestros desafíos. Pero también son nuestras mayores maestras. Al enfrentarnos a ellas, podemos aprender mucho sobre nosotros mismos y sobre cómo podemos crecer y evolucionar.
La verdadera espiritualidad no promete una liberación instantánea de nuestras limitaciones. En cambio, nos ofrece las herramientas para enfrentarlas y superarlas. Nos invita a explorar nuestras sombras, a entenderlas y a integrarlas en nuestro ser. Nos anima a ser pacientes con nosotros mismos, a aceptarnos tal como somos y a trabajar constantemente para ser la mejor versión de nosotros mismos.
La verdadera espiritualidad es un camino, algo que se vive y se elije como hogar, un camino de autodescubrimiento y crecimiento personal que requiere tiempo, y compromiso. Y aunque puede ser un camino desafiante, también es profundamente gratificante.
Porque al final de cada día, de cada etapa , no hay nada más liberador que haber conquistado nuestra mejor version, haber abierto nuevas posibilidades y haber creado mas condiciones favorables para nuestra vida y todas las vidas que toquemos, y haber transformado en posibilidad los desafíos. Eso es transformar en luz nuestras sombras.
La espiritualidad no es un producto, es un proceso. No importa cual es el medio o la disciplina que te invite a dar el primer paso, no es un resultado ,es un camino hacia la mayor realización y es un modo de caminar.
𝓜𝓪𝓻𝓲𝓼𝓮𝓵𝓪 𝓕𝓸𝓻𝓽𝓾𝓷𝔂 💎
Consultora Sistémica y Neuro Contemplativa
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